Ayer asistí a un primer ensayo general de La Loba, de Lillian Hellman. No negaré que asistía con todo el viento a favor: admiro y respeto a Nuria Espert, y, como decía Terenci Moix, cualquier comedia o drama con Nuria Espert dentro, me gusta más. No negaré que la alargada sombra de Bette Davis, flotaba en el ambiente. Espert hace que olvidemos a la Davis. No porque sea mejor o peor, no; sencillamente la tesitura es otra, el enfoque es otro, y, en cualquier caso, hablamos de dos monstruos de la interpretación.
El montaje es sencillo: un espacio, casi blanco, de Gerardo Vera (director también de la obra), y exquisito vestuario de la formidable y oscarizada Franca Squarcciapino (con quién tuve la satisfacción de trabajar con ella en Azabache), para destacar lo que interesa: un magnífico texto (demasiado en actualidad, por desgracia) muy bien interpretado por muy sólidos actores: además de la Espert, en estado de gracia, destacar a Héctor Colomé, Víctor Valverde, Carmen Conesa y Jeannine Mestre. Ambas sacando adelante dos personajes muy difíciles. Y, quiero destacar la maravillosa escena de Jeannine, en su dolorosa borrachera, que subraya la maldad de los miembros de la familia de la ambiciosa Regina-Espert.
Enhorabuena a todos: Teatro de toda la vida (lo se, un tópico: pero son tópicos a fuerza de ser verdad)
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